A lo largo de nuestra experiencia en consultoría en gestión del riesgo psicosocial, hemos observado que las organizaciones no suelen disponer de mecanismos efectivos para abordar situaciones relacionadas con los procesos de acoso laboral. Esta circunstancia puede derivar en escenarios indeseables e indeseados tanto para las personas que lo sufren como para las propias organizaciones. Algunas de las consecuencias más habituales son: la pérdida de rendimiento, el incremento del absentismo, la degradación del clima de trabajo, etc.